Los EE. UU., liderados por el Senador Lindsey Graham y respaldados por el ex Presidente Donald Trump, están amenazando con imponer aranceles secundarios masivos, de hasta un 100% o incluso un 500%, a los países que continúen importando petróleo ruso, específicamente apuntando a India, China y Brasil. La medida tiene como objetivo cortar los ingresos petroleros de Rusia y presionar al Presidente Putin para que ponga fin a la guerra en Ucrania. Funcionarios estadounidenses están instando a los aliados europeos a unirse a estas sanciones secundarias, mientras que el liderazgo de la OTAN ha hecho eco de advertencias a los socios comerciales de Rusia. India y China han rechazado la medida, citando necesidades de seguridad energética y acusando al Occidente de dobles estándares, ya que la UE sigue siendo un comprador significativo de energía rusa. Los aranceles propuestos han desatado un debate internacional sobre su efectividad y las posibles consecuencias económicas globales.
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