La visita del ex presidente Donald Trump a Escocia ha reavivado la controversia al combinar intereses comerciales personales, principalmente sus resorts de golf, con deberes presidenciales y reuniones políticas. El viaje ha estado marcado por protestas generalizadas en toda Escocia, con manifestantes criticando sus políticas sobre inmigración, cambio climático y sus lazos con figuras controvertidas. Trump ha utilizado la visita para promover su postura inflexible sobre la inmigración europea y renovar su oposición a los parques eólicos cerca de sus propiedades. El viaje también ha llamado la atención sobre los significativos costos de seguridad y para los contribuyentes, así como el resentimiento local continuo por sus desarrollos de golf. En medio de estas tensiones, Trump también se está reuniendo con líderes europeos para negociaciones comerciales, fusionando aún más agendas personales y políticas.
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